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EntreVistArtista: José Luis Torrego







Para EntreVistArtista (EVA) © 2009 – 2016
Entre Tú y Yo: José Luis Torrego  



EntreVistArtista: La palabra en tu hacer cotidiano, el proceso de enamoramiento al hacerla tuya y dejar que hable por ti, cómo es... 

José Luis Torrego: La palabra y el tiempo machadianos hacen el rostro de la poesía, como el óleo un retrato. Sin embargo, el propósito último no es la palabra; ella es la herramienta, única junto con el tiempo, con que cuenta el poeta para su misión. ¿Y cuál es esa misión? Vestir los espíritus becquerianos que vagan desnudos por las galerías de su alma. Las palabras son el único ropaje para sacarlos a la luz.

Un ejercicio de caridad y claridad es la poesía, así lo define mi maestro Salinas, así lo estimo yo: rescatar esos sentimientos, esas verdades que son íntimas del autor; y cuanto más personales, más universales. Las palabras han de ser el vehículo de los sinceros sentires del poeta hacia la reminiscencia en el lector de sentimientos comunes en un espíritu común y universal. Y como eso es tan inefable, hay que amar la palabra hasta el extremo, de modo que transcienda a las realidades concretas de las que nacieron y sea un lenguaje nuevo.

Sobre cómo hacerla mía, es decir, que exprese lo que yo siento o me atormenta, hago como se debe hacer con un amor, dejarla libre, ni forzarla ni exigirla, y ella viene sola para expresar lo que vagaba en mi espíritu. Cuando ella quiere, arbitraria y apasionada, le gusta, a veces despertarme con un beso a las cuatro de la mañana o deslizar su mano bajo mi camisa en un jardín de sol.

Mis poemas se escriben cuando ella me visita. Eso sí, cada encuentro es tan intenso como son los encuentros buscados por una amante. Yo, en su ausencia, me preparo para sus llegadas leyendo las novelas de amor que con sus palabras escribieron otros poetas.



EVA: Al igual que cualquier relación íntima donde existe desencanto, ¿la palabra no ha sido causa de divorcio?
            
JLT: Con la palabra nunca hubo ningún desengaño. Supongo que de haberlo sería al estilo del que señala Kipling en: If you can bear to hear the truth you've spoken / Twisted by knaves to make a trap for fools. Afortunadamente, veo lectores que se emocionan con mis poemas, nadie que lo malinterprete involuntariamente ni a propósito para aprovecharse de alguien. Supongo, eso puede ser lo único que te haga desistir del amor por la palabra. Como le pasó a Salinger.



EVA: ¿Por qué elegiste a la palabra como tu campo de acción para expresarte? ¿Es tu coraza para enfrentar un mundo con la piel adormecida?

JLT: ¿Por qué elegí la palabra o la poesía? ¿Por qué elegí el ajedrez? ¿Por qué se elige una pasión o un amor? No se hace, son ellos los que te eligen a ti. Naces con ese estigma y un día se te revela. Quizá hubiera añadido la música si fuera capaz de disociar independientes acciones a mis manos al tocar el piano o distinguir un Do de un La. Quizá me gustaría crear imágenes, si no fuera tan torpe con mis manos. El caso es que cuando las nostalgias, las ausencias, los deseos o la angustia ante el misterio trascendente me presionan el pecho hasta el ahogo, lo que me salva de reventar es la poesía, la palabra. No es protección contra el mundo, al contrario, abierto al mundo como está el poeta, la poesía es el bálsamo que restaña las heridas que suceden viviendo a pecho descubierto. Como se debe vivir, por otra parte.



EVA: El artista que atribuye su condición a estigmas es como decir que estamos ante un tipo de mal incurable o maldición.
¿El arte es un ente viviente que nos elige a capricho? Nuestra capacidad de elección y decisión, ¿qué lugar ocupa? Más allá de la palabra, está la acción en toda obra.
            
JLT: Cuando uno imagina a Leonardo cargando toda su vida con el último retoque a la Gioconda o a un anciano entre los andamios de la Capilla Sixtina, podría pensar que ser distinguido con la luz de los dioses es, en efecto, una carga. Yo, en mi esfera tan modesta, considero el estigma una fortuna, que nunca me dará una fortuna pero lo es en sí misma. Lo es por la mirada especial que me da hacia el mundo, los demás y mi propio interior.



EVA: Una mirada especial, sensible, humana; es la que todos necesitamos. 
¿Cuál es el papel del poeta en este circo llamado mundo donde todos representamos un personaje (consciente o no) para bien o mal? ¿Ser bufón o paladín del diablo? ¿Cómo te representas ante ti mismo en razón del otro?

JLT: El poeta es Prometeo. Se aventura y retorna con otra llama del fuego de los dioses. Cada poeta que leo es porque me entrega una tesela del mosaico inmenso que es lo divino de la naturaleza humana. Si yo considero un poema bueno es porque con él aportó una nueva chispa a ese secreto. En la otredad nos desarrollamos, vivimos, pero sólo en la soledad reflexiva, somos capaces de adentrarnos en el sentido de la existencia.

Ahora bien, la otredad entendida como las circunstancias o las personas que nos circundan con pruebas constantes, ya sea de desprecio, desconfianza, necesidad o cariño; son las que nos hacen explorar los límites de lo humano. La otredad –llamaría yo– inquisitiva; que en ocasiones puede ser una Rosa.



EVA: Sin espinas la rosa exhibiría indefensa la vulnerabilidad de su esencia por naturaleza frágil y efímera, cuya hermosura radica en lo que oculta, no en lo que exhibe a la vista hambrienta del otro. 
Todo poeta guarda para sí un jardín secreto, ¿cultivas un jardín al amparo de la palabra?

JLT: Cuidado, Alicia, y no te esfuerces por distinguir ni consideres mejores las rosas rojas, las blancas. En el fondo son las mismas, unas más desnudas, otras más pintadas. Todos, Rosa espinada en las preguntas que se clavan en la esencia, todos tenemos un jardín secreto, con rosas como tú. Quizá los poetas menos secreto, pues abren las verjas e invitan a observar sus rosas, a veces incluso a cortarlas. Por eso los lectores, de vez en cuando, brotan lágrimas: se les clavó la misma espina en la misma piel, reparan que era su mismo jardín el que visitaban.



EVA: Subestimar el poder fálico de la palabra es amedrentar su naturaleza hasta reducirla a poca cosa; el machismo es un claro ejemplo. ​Tintadas o no, sólo las blancas ofrecen el gambito; en contrapartida, las negras parecen condenadas a vivir eternamente amuralladas... pero eso puede cambiarse, ¿cierto? El ofrecimiento o el recogimiento no tienen color alguno, ¿o sí?

JLT: Yo veo la poesía como un prodigio de curvas seductoras, muy femeninas ellas. Del mismo modo, también es mito que los gambitos sean de blancas, pues aunque el gambito de rey, el de dama o el danés lo sean, las negras (como la mujer) no tienen en absoluto porqué resignarse a una posición pasiva y pueden responder con el gambito letón o la escandinava. El ajedrez, como la poesía, como la vida tiene una tradición... que invita a trocar. Como, Rosa querida, existen las flores que olvidan su papel y son ellas quienes devoran a los insectos…



EVA: La negras activas nacen de blancas pasivas, su poder es relativo, concedido o regalado. Son las blancas quienes dan la vida ¿se puede dudar acaso de su género femenino? La noble tradición del ajedrez invita más a trocear que a trocar. Los intercambios y los trueques son meros formalismos… eso sí, a veces infinitamente sutiles y hermosos, ¿son accidentes como el arte quizá?

JLT: En absoluto, muy al contrario, la esencia del ajedrez es la interacción entre blancas y negras. El ajedrez es una obra de arte compartida. Sin un contrincante a la altura nada se puede hacer sino ganar burdamente. Esta idea del gran Mijaíl Tal, es aplicable también a la poesía: La belleza necesita tanto de un buen poeta como de un buen lector.



EVA: ¿Eres un insecto devorado por la palabra o una rosa que ofrece con candor su poesía?

JLT: El poeta ha de aventurarse por bosques y cálices en busca del Grial. El poeta no puede quedarse su logro como botón pues es de la humanidad.



EVA: El contrincante nos conduce a enfrentarnos con nosotros mismos, su nivel decidirá hasta qué punto. ¿Por qué se olvida tan a menudo algo tan importante? ¿Por qué es tan difícil encontrar respeto hacia el vencedor y hacia el vencido?

JLT: (Pregunta sin responder)



EVA: ¿Eres hombre de movimientos rutinarios anclados en viejas aperturas?
           
JLT: Todo está escrito. Nosotros no más torpemente leemos sobre el tinglado nuestro breve papel. Asignado circulares siglos antes que los párpados soñaran acaso con su blando amanecer al texto percibido por los ojos entre lágrimas deslumbrados de focos y desgracias, roturando el hueco frente de gentes intuidas, de soledades intuidas en todo caso siempre, pues no se las llega ni con los tonos rasgados, ni con jirones de alma, ni con las yemas en carne viva. Deshabitado frente de asideros y esperanzas donde se lanzan las palabras y los hálitos como hijos de viudas a una guerra ya perdida y desigual, como se arañan los días a la agonía de una enfermedad terminal. Quedamente a trompicones recitando desposeídos del más primario derecho al grito nos desvaímos hacia el mutis cierto. En nuestras vidas todo está escrito.



EVA: ¿Todo está escrito? Una actitud pesimista se conforma con leer el pensamiento ajeno, delegando responsabilidades y consecuencias al que nos antecedió. ¿Cuál es tu compromiso y responsabilidad como docente?

JLT: Todo está escrito surge de una meditación sobre el libre albedrío humano. No se puede ser poeta si se asume esa idea desde el punto de vista literario, ya que la creación ha de nacer de aportar algo inexistente por matices o circunstancias. Lo contrario sería plagio o afán de ego, a determinar cuál peor. Sobre la docencia, podrían ser ensayos enteros. Qué demonios con lo bello que es ver volar las ideas y conocimientos hacia otras mentes que tienen el destino de superarte.



EVA: No me queda claro cuál es tu compromiso y responsabilidad como docente... ¿Un ensayo e iniciativa puesto en marcha acaso? Qué modelo de educación implementarías para forjar mentes pensantes en vez de pasivos rebaños...

JLT: La docencia, similar a la poesía, se lleva en la sangre. Uno no decide, se siente magnetizado por el mágico transvase de ideas de una mente a otra, revivir en otros el brillo en la mirada la primera vez que oyes una historia, un pensamiento determinado.

La función de la educación como concepto abstracto es, como ya observaron Carlomagno o Alfonso al instruir a los hijos de sus súbditos (dándolos a estos por perdidos) es mejorar la sociedad. La educación como institución es la mejor inversión de un país. Sin embargo, no olvidemos que educa l tribu*. Por mucho que la escuela, el mecanismo especializado para crear ciudadanos honestos y solidarios, se extenúe en esfuerzos; la sociedad de consumo, a través de sus medios de comunicación de masas, lanza constantemente mensajes contrarios y proporciona modelos opuestos a los valores educativos de los currículos escolares.

(Me encantaría ampliarte el comprimido comentario al último y rico matiz de la pregunta)

En cuanto a los pasivos rebaños... es lo que un gobierno totalitario ansía. Ya vista la piel de la democracia, ya entone la música de la educación formativa, lo que desea es devorar como un lobo y apacentar entes sin capacidad crítica. Bradbury en su Fahrenheit 451, ya anticipaba un mundo donde los libros se destruían y se llenaba de pantallas, tres, incluso cuatro los pudientes, la habitación de la televisión. Allí uno vivía la vida de la familia de las series y veía campeonatos y súper campeonatos deportivos.

¿Por qué? Dos razones. Porque con la televisión, al contrario que con los libros, podías controlar lo que la población había visto y aprendido esa noche en masa. Todos lo mismo, fácil de actuar para manipularlos también en masa. Los libros, en cambió, hacen tantas personas diferentes como lecturas. Y en segundo lugar, porque eso mantenía los cerebros llenos de nada, entretenimiento banal y alejado de la realidad social. Mantenía los cerebros ocupados sin pensar, olvidados de su capacidad crítica.

Un régimen político tan feliz como el de España, con un desolador paisaje económico de desempleo y corrupción pero con una ciudadanía un tanto anestesiada en su lógica indignación por la grandeza deportiva de que los dos finalistas de la Champions sean ambos españoles y de Madrid.



EVA: La religión tiene un peso y poder político más allá de una monarquía, quien a su vez, somete con democracia a un pueblo. Coincido con tus argumentos sobre el empobrecimiento humano partiendo de una educación programada para generar esclavos; no reyes. Una nación embrutecida por X o Y factor, es materia fácil de dominar pero, ¿qué sucedería si todos fuéramos reyes, gobernantes; poderosos jerarcas? Poder y educación, ¿son instrumentos útiles para un sector minoritario con determinados fines?  

JLT: Bueno, mi crítica iba hacia la imposición de dos bloques a un electorado que se supone debe tener libertad en la diversidad democrática. En cuanto a la seguridad y libre convivencia en las actividades públicas cotidianas, creo tenemos un nivel digno de orgullo y defensa. En cuanto a la cuestión de si todos reyes, planteas un tema que adoro y sobre el que he impartido varios cursos universitarios: La utopía en la literatura.

La respuesta a un mundo de reyes, la aporta Huxley en su Brave New World. Una vez se intentó crear en una isla una sociedad sólo de alfas, la clase genéticamente más depurada desde el punto de vista intelectual, la diseñada para los puestos dirigentes. En teoría habría de ser una sociedad perfecta. Nada más alejado de la realidad. En breve plazo, la convivencia pacífica esperada se reveló un pantano de intrigas, luchas por el poder y asesinatos.

Encuentro que es una posibilidad, pero yo discrepo. Pienso que el logro de la excelencia en la educación no produciría enfrentamiento sino solidaridad. Creo en una educación en valores que acompañen los conocimientos. De lo contrario, habrá tecnócratas muy cualificados para construir fábricas que alberguen autómatas, no un bien común para una comunidad de personas.

Mi concepción del poder es la de Locke: pertenece a todos los hombres, que lo delegan voluntariamente en unos representantes, quienes honestamente han de buscar el bienestar de la sociedad. Nadie puede usurpar ese poder ilegítimamente como tampoco apropiarse del fruto del trabajo de otros. Esa es la base para un mundo feliz y justo y el único camino es crear los hombres honestos necesarios a través de una educación orientada hacia ello.



EVA: ¿Te has cuestionado que precisamente ese podría ser una grieta en el sistema educativo? Los que tienen el poder de enseñar, educar e instruir, todavía usan métodos anticuados que no corresponden con los tiempos actuales. Un mundo feliz no existe ni existirá, ¿qué propones entonces?  

JT: Vivir, simplemente vivir con el valor que le da a la vida de los hombres lo efímero. Intensidad que los inmortales, los dioses griegos, siempre envidiaron en nosotros.













(*) Educa l tribu: Concepto de Vygotski. Los niños se educan conviviendo en cada actividad cotidiana con todas las personas del entorno, más la familia, pero todos al fin y al cabo.

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