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EntreVistArtista José María Escarastegui


 
 
 
 
 
 
Proyecto EntreVistArtista (EVA) © 2009 - 2013
Autora: Rosa Matilde Jiménez Cortés
“Entre Tú y Yo”: José María Escarastegui (Esp)
 
 

José María o Amonarsiel -su Alter Ego-, desnuda su alma para EntreVistArtista... "Nací en una dictadura, algo que espero no vuelva a suceder en ningún lugar ni tiempo".  
 
 

EntreVistArtista: ¿De qué o de quién somos o hemos dejado de ser esclavos? En "Un Simple Esclavo" Amonarsiel, reclama su derecho:
 
"Reclamo mi derecho a ser un simple esclavo / Obedecer sólo bajo el terror y la coacción / Jamás conceder nada / Todo deberá serme arrebatado / Saborear mi sangre y esperar mi justa venganza / Domado por el látigo, no por ridículos regalos / Rechazar el alivio de edulcoradas mentiras / Que el dolor siempre mantenga mis heridas abiertas y mis ojos despiertos / Sentir las sombras como mis cómplices amigas / Antes se queda uno ciego mirando a la luz que a la oscuridad / Prefiero la brutalidad del castigo, a la ignominia del prostíbulo / Ser puta hoy, con la esperanza de mañana ser, algo aún, mucho peor: Cliente / Quedaros con vuestra lujosa casa de citas / Mi sitio siempre estará al lado de los perros / El ser no soporta poseer, por eso, cuánto más se tiene, más se envilece / Soñar con la forma de escapar y no con inútiles cosas que comprar / Especular sobre mí venganza y no sobre mis miserables ventas / Reclamo mí derecho a ser esclavo / La cabeza alta y el odio al amo."
 
 
 
 
E.V.A: ¿Cuál es el vínculo que une la estructura rígida de Amonarsiel con la frágil transparencia de José María?
 
José María Escarastegui: Todos tenemos infinidad de caras y son todas diferentes sobre un único e intransferible soporte. Amonarsiel es sólo un avatar diseñado por José María y su relación es de mutuo respeto, la misma esencia en distintos frascos; un enfoque desde distintos puntos de vista. La unidad, como la línea, no existen en la naturaleza y sin embargo, nos dejamos regir sumisamente por ambos conceptos. Simplificar es muy útil, imprescindible a veces, pero puede llegar a ser muy peligroso.
 
 
 
 
E.V.A: ¿Qué soporte te brinda el vídeo como elemento de acción y la red como eje de proyección?
 
Escarastegui: Es un enorme puente tendido a cualquier posibilidad; al giro inesperado, a la colaboración, al descubrimiento. Era una puerta inexistente hasta hace pocos años... la cuestión es saber cuánto tiempo durará abierta.
 
 
 
 
 
E.V.A: ¿De dónde nace tu interés por hacer vídeos?
 
Escarastegui: Desde niño he disfrutado recorriendo los increíbles mundos que otros imaginaban: mundos sonoros, escritos, filmados, dibujados... Soñaba con poder invitar a los demás a deambular por parajes creados por mí y que extrajeran sus propias conclusiones. Después, está el eterno afán de perfeccionamiento y exploración. Es un camino sin fin hacia el interior que termina tomando forma en el exterior. Comparto mi trabajo a todo aquel que muestre interés e intente descifrarlo.
 
 
 
 
 
E.V.A: Hacer vídeos, ¿es parte de una propuesta estética que determina tu trabajo y conlleva un propósito definido o simplemente, creas por crear, aunque no te conduzca a un camino en particular?
Escarastegui: Creo para contar y transmitir ideas o sensaciones, para hacerlo mi filtro; satisfacer mis propios criterios de búsqueda estética o incluso, la experimentación técnica.
 
 
 
 
 
E.V.A: Si tuvieras que pintar tu proceso creativo, cada pieza mecánica del engranaje que te conduce al sentido de tu obra videográfica, ¿qué colores, forma, tamaño, textura, tiempo y espacio tendría?

Escarastegui: Sería un pequeño escarabajo azabache atrapado en un antiguo reloj de arena, pasando una mitad del tiempo a punto de asomarse y la otra mitad, a punto de desaparecer.
 
 
 
 
E.V.A: ¿Tú eliges la materia o ella te elige a ti?
 
Escarastegui: En mi caso todo suele reducirse a una información binaria que no ocupa ni siquiera un espacio físico. Sin duda se trata de un extraño tipo de materia, que curiosamente, puede existir en varios sitios a la vez sin estar en ninguno realmente.
 
 
 
 
 
E.V.A: ¿Cuáles son tus herramientas de expresión y cómo han sido los cambios experimentados al tiempo que avanza?
 
Escarastegui: No descarto ningún medio; todos me atraen y están llenos de posibilidades. La infografía es el terreno más inestable, repleto de arenas movedizas... los cambios son rápidos e impredecibles, hay que estar dispuesto a adaptarse constantemente a la vez que conservamos todo aquello que pueda sernos útil.
 
 
 
 
E.V.A: Tu quehacer multidisciplinario está sustentado en el dibujo, ¿ello te ha facilitado incursionar en el medio electrónico al momento de crear imágenes?
 
Escarastegui: Las nuevas tecnologías sólo son un pincel más y por sí mismas, no te dirán aquello que ha de hacerse. No se puede ignorar u olvidar lo básico. Es como comprar libros sin haber aprendido a leer. Se olvida que antes de aplicar un color pulsando un botón, tendría que haberlo hecho, manchándose las manos.
 
 
 
 
 
E.V.A: ¿Te consideras parte de una nueva generación de artistas ante un espectador que exige nuevas formas de expresión?
 
Escarastegui: Formar parte de algo, es inevitable, pero sentirse parte de algo; es más complejo. Preocuparse por las exigencias del espectador no beneficia en absoluto la propuesta artística, deberíamos cuestionarnos de qué hablamos en definitiva: ¿de un mensaje o de un resultado?

 
 
 
 
E.V.A: Hay nuevos creativos que exponen su obra a un nuevo espectador; algunos participando de forma activa, otros, desde una pasividad parasitaria manoseando la idea de tal modo, que la hacen parecer suya... ¿Qué opinas al respecto?
 
Ecarastegui: Mi jardín es un lugar salvaje, no tiene alambradas, puede entrar cualquiera y marcharse cuando le plazca. Desde luego, prefiero a las personas que no pisotean las flores y que son capaces de respetar el esfuerzo de los demás.
 
 
 
 
 
E.V.A: El concepto híbrido en las propuestas interdisciplinarias de arte interactivo, ¿crees que camina hacia un punto de encuentro con el Otro, o por el contrario, se cierra en un círculo donde sólo algunos pueden caminar alrededor?
 
Escarastegui: Cada creador opta por diversificarse o especializarse. La búsqueda de su propio lenguaje le conducirá en un sentido u otro. En mi caso me siento cómodo combinando distintas disciplinas a tal punto que concepto, imagen y sonido forman un ente indivisible. Mi labor consiste en darle forma y sincronizarlo. Las claves que definen la forma de hacerlo, el porqué de un punto de vista u otro, siempre serán un misterio sin el cual desaparecería algo muy importante: la diferencia.
 
 
 
 
 
E.V.A: Desde la perspectiva del artista que camina las dos caras de la moneda, real y virtual, ¿cómo percibes la relación entre arte y tecnología?
 
Escarastegui: Hablamos de un romance añejo y repleto de riesgos. La amenaza de los productos tóxicos en los pigmentos (óleos) ha dado paso a nuevas herramientas que debido a su tremenda complejidad de manejo, terminan metamorfoseando al artista en un técnico especializado. Una rápida mirada a nuestro alrededor sirve para ser conscientes de la enorme cantidad de víctimas (...)
 
 

 
 
E.V.A: ¿Eres un ciudadano del ciberespacio?
 
Escarastegui: Ciudadanía implica pertenencia y hasta donde yo conozco todos nos encontramos de paso. El ciberespacio es ese local de moda que nadie conoce pero al que todo el mundo quiere entrar. Para mí es sólo un medio más de comunicación. No entiendo esas misteriosas propiedades que se le atribuyen y lo diferencian de otros. Me pregunto si alguien llegó a ser ciudadano del telégrafo o incluso de una señal de humo.
 
 
 
 
 
E.V.A: ¿Cuál es tu postura filosófica en el arte?
 
Escarastegui: El arte no debería ser una delicada criatura conservada en un frasco de formol y exhibida para deleite de unos pocos iniciados. El arte es hedonista, afina nuestras habilidades sensoriales pero también puede ser una propuesta existencial ante la vida. Enfrentarse al acto creativo de forma sincera puede llegar a formar un sentimiento de respeto reverencial hacia todo y hacia todos y de ese modo, quizás, las cosas pudieran cambiar un poco.
 
 
 
 
 
E.V.A: En la década de los años 60, hace su aparición el vídeo cuando en lo político, social y cultural, el mundo vivía una metamorfosis, por decirlo de algún modo. En el contenido de tu obra videográfica, hay una tendencia a la crítica, la reflexión hacia lo político, social y cultural, no de un tiempo determinado, abarcas mucho más allá. ¿Cómo percibes los cambios que se han suscitado en el contexto intelectual y creativo desde la lente del artista que no cesa de crear y reinventarse?
 
Escarastegui: Una parte de mi percepción del mundo lo ve como en un grotesco supermercado, henchido y orgulloso de sí, pese a que sus baldas estén atiborradas de productos caducos. Nada importa y siempre resulta mas fácil vender una marca ya conocida. Nada ni nadie está a salvo de ser debidamente empaquetado para poder ser presentado entre colores chillones y pegatinas de oferta o saldo. El legado, el tesoro, la obra, se reciclan una y otra vez para convertirse en productos cada vez mas insípidos; cada vez, más alejados del original; cada vez, más rentables. Es una maquinaria monstruosa que sólo permite la existencia de la crítica más inocua o la más exacerbada, ya que ambas se descalifican por sí mismas. Olvidamos que solo una "r" separa consumidor de consumido.
 
 
 
 
 
E.V.A: Un mayor número de artistas en la actualidad, optan por tecnificar su trabajo. Resulta más atractivo, dinámico y a bajo costo subir un vídeo a la Red en cuestión de minutos, que exhibir 40 pinturas en una sala tras meses invertidos. ¿Crees que el mismo artista termine por cerrar un espacio en aras de abrir otro?
 
Escarastegui: No, puesto que el objeto varía de significado según donde se encuentre. El arte como todas las manifestaciones del hombre,para bien y para mal, tiene sus propios templos. El óleo no hizo desaparecer los lapices... Un compacto nunca será un vinilo... Simplemente se añaden nuevos soportes y otros más surgirán para contar esas viejas historias que parecen acompañarnos siempre.
 
 
 
 
 
E.V.A: Entre el dibujo a la pintura hay una relación inherente, complementaria. Son la herramienta del pintor, su medio de expresión tradicional. Sin embargo, toda evolución significa un cambio, nos transformamos para dar paso a nuevas modalidades teniendo en la tecnología un soporte más de expresión. En tu caso, has compaginado arte y tecnología para crear y recrearte, enfatizando tu trabajo en el vídeo durante los últimos años. ¿Hay algo en tus decisiones que quisieras modificar? ¿Miras con nostalgia tu pasado añorando aquellos días de carboncillo y papel?
 
Escarastegui: Siempre que tomamos un camino dejamos otro de lado (...) No se puede cambiar nada de lo recorrido. La nostalgia es una idealización, prefiero mantener una actitud más positiva y estar dispuesto a reinventarme todos los días. Sé que no existe peligro de perder la identidad ya que todos somos demasiado esclavos de nuestros recuerdos.
 
 
 
 
 
E.V.A: ¿En qué escala catalogarías tu desempeño como artista comprometido en un quehacer que no busca reconocimiento de ningún tipo?
 
Escarastegui: Crear es aquello que siempre he querido hacer, necesito hacerlo simplemente. De buscar algún reconocimiento seria el mío propio aunque queramos o no, todos necesitamos ser valorados.




 
 

 
 
E.V.A: Tu pasión por las historietas se ve reflejada en algunas de tus obras, en "Iceberg" por ejemplo. Vayamos a esa estancia en tu vida...
 
Escarastegui:
Los tebeos son una estupenda llave de acceso a otras disciplinas artísticas, mucho mejor valoradas como son la literatura, la pintura o el cine. Mi trabajo guarda en su interior, inmenso amor por esos cuadernillos de dibujos. Recuerdo como disfruté homenajeando a mi manera, a Toriyama en "Iceberg". El comic es el formato que mejor fusiona las palabras y el dibujo dentro de un marco secuencial. Sólo el sonido escapa a su alcance sublimado en onomatopeyas. Su feedback, sobre todo con el arte cinematográfico, es incuestionable y hoy es casi imposible rastrear quien influye a quien. No sé si la humildad de ese medio impreso es el motivo por el cual genios creativos de enorme talla no lleguen a alcanzar el reconocimiento que merecen. Muchas obras inspiradas -por no decir plagiadas- en sus creaciones, son encumbradas injustamente.
 
 
 
 
 
E.V.A: ¿Bajo qué corriente artística situarías tu trabajo actual?
 
Escarastegui: No me gustan las etiquetas, soy ecléctico y me dejo influenciar por todo lo que me fascina y a la inversa. Es seguro que esas filias o fobias -según sea el caso- se traducirán en todo lo que hago, pero no me ocupo en hacer semejante análisis. Creo que eso es algo que pertenece enteramente al terreno de juego del espectador.

 
 
 
 
E.V.A: Haciendo un recorrido por el contenido de tu obra, observo cierta intencionalidad híbrida, tendencia al surrealismo y expresionismo abstracto. Poética del tiempo, la razón y sin razón de un todo partiendo de la nada, texturas cóncavas de un autismo plástico que viaja del blanco al negro en tiempo fragmentado; dualismo del pensamiento metafísico. José María, ejerciendo tu derecho de autocrítica, acércanos a tu obra...
 
Escarastegui: Sin duda es la fusión de elementos racionalistas y una simbología del subconsciente la que conforma mi forma de narrar. Desde Kirby hasta Val del Omar, pasando por Issa, todo tiene cabida aunque no de manera intencionada. Lo cierto es que el nexo con lo que he creado, a través del paso del tiempo genera una sensación de extraño distanciamiento que permite valorar mucho mejor los aciertos y los errores cometidos. La sensación analítica y onírica del blanco y negro, son el lugar en el que más a gusto me siento. Los colores son hermosas acentuaciones que no se pueden obviar en ocasiones...me producen cierto placer, pero mi tendencia natural siempre es la fría abstracción del claroscuro.
 
 
 
 
 
E.V.A: En tu obra videográfica abunda contenido con un lenguaje críptico, oscuro, complejo; que no deja indiferente. Es provocativo, seduce, inquieta... Lenguaje que invita a la reflexión y análisis más profundo de forma mesurada a cuestiones sociales, en el ámbito artístico, cultural, político; haciendo uso de un planteamiento filosófico. ¿Hay un trasfondo en tu obra más allá de lo que podemos ver y entender que no desees revelar pero sí mostrar?
 
Escarastegui: Nada es lo que parece ser, ya que no existen dos ojos que miren del mismo modo. En mi obra entablo dos diálogos muy distintos: uno público, que propone o sugiere algo al espectador y otro privado, en el que sólo yo conozco las claves que lo definen. Ambos están a la vista, pero al mismo tiempo colaboran para ocultarse entre sí, y eso mantiene viva una especie de intimidad secreta a la que no deseo renunciar.




 


 
 
E.V.A: Hablemos sobre animación -lenguaje que conoces y dominas -la técnica o técnicas- a modo general, ¿quisieras compartir información para quienes no somos avezados en en tema?
 
Escarastegui: La animación consiste en crear la ilusión de movimento en objetos inertes. Todo lo relacionado al cine es una animación. Una película convencional funciona igual pero utiliza fotografías en lugar de dibujos. En pocas palabras, se trata de hacer sutiles cambios de un fotograma a otro que al ser mostrados en continuidad, nos producen un efecto óptico. Desde Melies en adelante la animacion es un hermoso truco de magia, y los medios para afrontarla son un variopinto laboratorio experimental. En definitiva, la animación consiste en dotar de movimiento al monigote dibujado repetidamente en las esquinas de un block de hojas.
 
 
 
 
E.V.A: Si te pidiera que modelaras un dibujo para animación 3d, de forma metafórica, ¿cómo lo explicarías?
 
Escarastegui: Es como un moderno teatro de guiñol con maquetas y marionetas, pero no son de madera o plástico, sino objetos virtuales volumétricos. Una vez modelados, se les pone una piel de texturas y se modifican para animarlos. Por último, se colocan luces y cámaras para comenzar el renderizado de cada escena.
 
 
 
 
 
E.V.A: Una vez que la animación cobra vida después de un largo proceso intelectual, creativo y técnico, ¿cuál es el curso que le designas a tu obra? ¿hay un espacio donde canalizar dicho trabajo y que ello te remunere?
 
Escarastegui: Yo le otorgo existencia a mi obra, después, ella cobra vida propia. Desconozco el curso de su recorrido, no puedo saber qué será lo que me devolverá o arrebatará... Tal vez, no llegue a saberlo nunca.
 
 
 
 
 
E.V.A: Amonarsiel, ¿quién es tu más grande y poderoso rival?
 
Escarastegui: No sólo es mi rival, es el archienemigo universal: El Tiempo. En apariencia es invisible e invencible, pero existe un punto debil, un eslabón de ruptura; aunque seamos incapaces de verlo.
 
 
 
 
 
E.V.A: En tu primer animación "Reverso" (2007) dejas entrever al hombre devorando su mirada ante el espejo, consumido y consumando su dualidad cósmica, inventiva de un episodio donde él es el juego del juego mismo. Se desintegra, se confunde... exhuma su pensamiento enmarañando su ego. Sin más remedio, camina en la cuerda de los extremos yendo de principio a fin para hallar la salida. Pero, ¿cómo salir si atrapado está dentro sí mismo?
 
Escarastegui: La pregunta seria de qué modo podríamos sentirnos libres estando atrapados, pero desconozco la respuesta (.)
 
 
 
 
 
E.V.A: La mirada tras las rejas atisbando luz salida entre gajos de sombras en "Xhimetha", le confiere un sutil matiz surrealista que me recuerda la primera parte de "Nostalgia de la muerte" en "Nocturnos" del mexicano Xavier Villaurrutia, pasando por las avenidas deshuesadas De Chirico que nos conduce al país de los sueños. "Xhimetha" abre la Caja de Pandora dejando escapar todos los males y a su vez, capturando la esperanza. Una visión en la que se yuxtaponen, enfrentan y coexisten distintas realidades y distintos tiempos. José María, ¿quién es Xhimetha?
 
Escarastegui: "Xhimetha" es un nombre que le di al Destino... ese recorrido en teoría de libre actuación, y sin embargo plagado de situaciones familiares e inevitables. Es un contrasentido irresoluble y necesario porque la certeza es un final... triste.
 
 
 
 
 
E.V.A: En "Corrosión" expones una constante en la condición humana: la soledad como un recurso de protección ante el frío existencial que nos llega de afuera, del Otro, ¿corrosión es un grito ahogado que pone en evidencia una situación en particular?
 
Escarastegui: Ese vídeo hace referencia a una situación muy particular y al mismo tiempo universal. Es algo ominoso e imparable, estamos y eso es motivo suficiente para que quiera cobrar su peaje. Es implacable y nunca cede aunque logremos darle la espalda por un momento. Su nombre es "entorno" y no dudará en utilizar cualquier medio para corroernos. Intentamos amaestrarlo y creemos que es nuestro sirviente... y él nos deja creerlo.


 
 
 
E.V.A: Todos somos y no, todos. Reclamamos nuestro derecho de individualidad y sin embargo, necesitamos del otro. Nos amotinamos en un conglomerado de intrincada indiferencia porque yo soy yo aunque te necesite. Retomando el planteamiento que haces en "Corrosión", se percibe un contraste ácido y dulce a la vez, textura ríspida que alambra la calidez del terracota. Y de forma poética exhibes el melodrama que a todos nos consume, cuando expresas: el precio que tenemos que pagar por brillar es quemarnos. ¿Es así, José María? ¿Los inhibidores resultan inútiles y el aislamiento es la única solución?

Escarastegui:
El mismo oxígeno que nos permite vivir nos oxida hasta destruirnos. Aquello que nos consume modifica el color de nuestra llama y eso no es tan grave... al menos, enriquece el folclore. En lo personal, pienso que lo peor es calcinarse dentro de esas incoloras hogueras comunales de las cuales resulta imposible saber cuánto llevan encendidas -me pregunto qué tipo combustible las alimentará porque despiden un olor fétido-.
 
 
 
 
E.V.A: Habría que investigar José María, aunque en el intento termaramos siendo parte de lo mismo... Mejor consumamos el final del combustible que a "EntreVistArtista" queda, para que nos presentes Mudras...

José María Escarastegui:
Gracias Rosa. En muchas culturas la gestualidad de las manos tiene propiedades sagradas y simbólicas. El gesto modifica la conducta de quien lo practica. Nuestras manos hablan más que nosotros mismos. Mudras es un acercamiento videográfico experimental a esa potencialidad evocadora, a la infinidad de sugerencias que provoca en nuestra mente el movimiento de esos 27 huesos. Aumenté el efecto perturbador, creando con un fuerte contraste con la imagen, buscando intencionadamente una referencia directa al test de Rorschach. Creo que el resultado no deja indiferente. Como anécdota técnica, diré que grabé mi mano en silencio y que toda la sincronización sonora es un trabajo de edición posterior.
 
EntreVistArtista: Gracias a ti, José María. No es fácil hermanar dos formas de pensamiento estando en puntos geográficos distintos, y tampoco es fácil que invitado e interlocutor pongan uno en el otro, su confianza. Valoro hayas tenido a bien realizar el vídeo "Entre Tú y Yo", que con motivo de apertura para "EntreVistArtista" produjiste y hoy, en exclusiva exhibes en tu página AMONARSIEL.
 


Rosa Matilde Jiménez Cortés
México, 8 de enero de 2011


[Entrevista efectuada el día 12 de diciembre de 2010 (vía Internet) / Colaboró para EntreVistArtista (EVA) José María Escarastegui Mendoza / Todo el material fotográfico es autoría de José María Escarastegui Mendoza, y ha sido proporcionado por él mismo para efectos de la entrevista.  // EntreVistArtista (EVA) es un proyecto independiente de Rosa Matilde Jiménez Cortés. H. Córdoba, Veracruz; México].





ACERCA DE JOSE MARIA ESCARASTEGUI
 
Espacio de publicación independiente en torno a entrevistas por Rosa Matilde Jiménez Cortés. EntreVistArtista (EVA) D. R. © 2009 – 2018